jueves, 19 de abril de 2018

Debemos establecer una ética personal que separe lo negociable de lo no negociable, el punto de no retorno. "El derecho a decir no" (2009), Walter Riso

En la Gestión Pública es muy importante la ética porque el sostenimiento de la democracia no solo se basa en la existencia de partidos políticos, unas elecciones regulares o una división de poderes, sino que depende fundamentalmente de la confianza que tenga la ciudadanía en sus instituciones públicas.

La ética establece los principios racionales que rigen la conducta humana, considerada ésta en su aspecto individual o monástico,  así como en su aspecto social. La ética es la teoría o ciencia del comportamiento moral de los hombres en sociedad. Es decir, es ciencia de una forma específica de conducta humana que responde a la necesidad de un tratamiento  de los problemas morales.

En esta ocasión y bajo la instrucción del licenciado Carlos Palacios, expositor del seminario, participaron 44 servidores públicos de distintas instituciones, entre ellas; Zona Libre de Colón, Presidencia, Lotería MINSEG, CSS, INAC, SENNIAF, SINAPROC, IDAAN y MEDUCA.

Es importante resaltar que la promoción de la ética en el servicio público está estrechamente vinculada con la transparencia, la cual actúa como elemento revelador del buen funcionamiento del Estado, promoviendo el comportamiento responsable de los servidores públicos. En este sentido, la ética pública adquiere dimensiones relevantes al construir una cultura de servicio público, haciendo de la transparencia una herramienta esencial en dicho proceso. No es posible hoy hablar de un gobierno transparente sin requerir una rendición de cuentas claras y precisas por parte de quienes laboran en la gestión pública.

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